Pie izquierdo mirando al poste derecho de la red, pie derecho paralelo a la línea de fondo. La mano derecha adopta la empuñadura continental, también denominada de martillo, la mano izquierda sujeta la bola con las yemas de los dedos y la apoya en las cuerdas de la raqueta, con la raqueta apuntamos hacia donde va dirigido el servicio.
A continuación los brazos caen ligeramente y comenzamos a elevarlos, el brazo derecho por el tobillo derecho, la mano izquierda en dirección a la pierna más adelantada suelta la pelota a la altura del hombro de tal manera que nos caiga la misma en el pie izquierdo, para lanzar la bola no hacer giro de muñeca y el brazo sigue su trayectoria después de haber soltado la pelota. El brazo derecho prosigue su elevación en una preparación larga, llega el momento que los dos brazos están levantados y arriba, ahora doblamos el codo derecho a la altura del hombro y nos tocamos el canto de la raqueta en la espalda, mientras flexionamos las rodillas.
A continuación iniciamos el movimiento de golpeo, el canto de la raqueta al tocar la espalda sale como si fuera un muelle, hasta llegar al punto de contacto, impacto o encuentro con la pelota, que se produce arriba delante y a la derecha en línea con el hombro derecho, imaginamos que la bola es un reloj le golpearemos a las tres de la tarde para golpes cortados y de siete a una para golpes liftados, envolviéndola o cepillándola en el punto alto y justo cuando comienza la bola a descender.
La terminación se produce entre la pierna y brazo izquierdo, el talón de la pierna retrasada se ha levantado porque hemos transferido el peso del cuerpo hacia delante y el brazo izquierdo baja hasta el ombligo.